Había una vez cuatro perros,
uno se llamaba Diego, otro Catalina, otro Aranxa y el último Talib. Aranxa y
Talib estaban emocionados porque se acercaba la navidad y, el viejito pascuero, siempre les regalaba a las familias un huesote para que se lo comieran y lo
chupetearan.
Estaban tratando de portarse bien todos. Una noche vino el viejito pascuero y dejo los regalos.
A la mañana siguiente estaba el huesote bajo el árbol de navidad y se emocionaron.
Estaban tratando de portarse bien todos. Una noche vino el viejito pascuero y dejo los regalos.
A la mañana siguiente estaba el huesote bajo el árbol de navidad y se emocionaron.
Fin

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